El acto de vivir

Amar la vida tal como es, tal como viene.

Ampliar el corazón más allá de todo el dolor.

Alimentar el deseo para que nos lleve allá donde anhelamos ir.

Acoger con ternura lo vulnerable, lo mío y lo de las otras criaturas.

Disponer las manos para que sean puentes hacia la presencia, la ternura y la firmeza.

Reconocer que soy parte de Todo, y que todo me habita.

Encender el amor, tanto que brille como un faro que ilumina mi camino y el de quien se cruza conmigo.

Permitirme ser, con cariño, reconocimiento y humildad.

Morir en paz, agradecido, porque viví una vida plena.