Hombre árbol

Yo me sostengo

soy contenedor de abundancia

creador cíclico.

Las manos en el regazo hablan de la capacidad de auto-sostenernos. Una mano sostiene el vacío, el silencio, en ella no hay nada. Solo espacio. La otra mano da a luz a un árbol, que se extiende por el cuerpo y se despliega en el cielo. La mirada atraviesa las ramas, con el iris de dos colores: uno para ver el mundo físico y otro para ver el mundo sutil. En los hombros la serpiente, símbolo del instinto que nos cuida y nos protege. En el otro, el águila, símbolo de la intuición que nos conecta con la espiritualidad y nos abre al mundo. Ambos animales en algunas tradiciones chamánicas simbolizan el mundo de abajo y el mundo de arriba.

El sol y la luna como el yin y el yang: el equilibrio entre la energía activa y la receptiva. Equilibrio necesario en el proceso de crear y de vivir. Los ojos en la parte baja del brazo hablan de una espiritualidad en lo cotidiano, en lo concreto. Cielo aterrizado en el suelo.

Sobre él y alrededor de él, el Cosmos se despliega. Las estrellas relucen y abrazan la imagen. Está siendo sostenido.